viernes, 14 de diciembre de 2007

Las aguas vuelven a sus cauces...




No sé muy bien por dónde empezar. No es que tenga nada que decir, o sí.
Creo que la cercanía de la Navidad me pueda estar afectando, puede ser, siempre suele ocurrirme lo mismo. Me pongo un poco tonto, nostálgico y algo melancólico.

Llevo toda esta semana, solo en casa en un plan de reorganizar y ordenar unas cuantas cosas que estaban un poco “salidas de madre”, es decir, el caos que acumulaban superaba mis límites.

Necesitaba tiempo para hacerlas pues últimamente no he estado sintiéndome ni con demasiadas energías para nada ni tampoco la voluntad era mucha. Desde las vacaciones de Esteban en julio tampoco había estado en casa más que los fines de semana y siempre con Esteban, los perros o Marina, lo cual no me dejaba mucho más tiempo disponible que para lo más básico. Sobre ambas mesas del estudio se acumulaban pilas de correo publicitario mezclados con cartas del banco, recibos de luz, teléfono, gas, etc., fotos antiguas, citas de médicos, postales de viajes, cargadores y cables de la cámara, teléfono, GPS; apuntes, ceniceros. Un desorden parecido se extendía por las habitaciones, el salón y la cocina, además de montones de ropa sucia en la cesta, lavadora y maleta; incluso en el coche tenía papeles acumulados y sin revisar, tirados por todas partes.

En parte este desarreglo influyó y mucho en mis continuas pérdidas de cualquier cosa en cualquier momento, llaves, la férula, gafas, “costo”, etc. Además de citas con los médicos últimamente en tres ocasiones, amén de otros múltiples olvidos menores que llegaron a hacer la situación un tanto insufrible, al punto que ya las ideas del DNC (
síndrome de deterioro neuro-cognitivo, asociado al vih) empezaron a rondar mi cabeza, logrando únicamente empeorar mi estado de ánimo.
Todavía no he terminado con esta labor de ordenar y ponerme al día con cosas pendientes, aunque ya he dado algunos pasos; simplemente he descartado todo aquello inútil de lo que tengo que guardar y ordenar. ¡Llené 6 bolsas de basura! Ahora sólo falta clasificar y archivar lo que sirve, algo está hecho. Cuando termine, tocará reubicar algunos muebles y bajar otros al trastero, por último, una buena limpieza a fondo para dejar todo preparado para Navidad.
Antes decía que estaba solo en casa, porque en ese plan de “reorganización” que me planteaba, hubo una conversación con Esteban explicándole mi plan (quizás demasiado vehementemente por mi parte dada la urgencia de solución y la incomodidad interior que me producía todo esto).
Moverme casi a diario entre dos ciudades, aunque cercanas, son 75 Km. de distancia, para solucionar cualquier trámite, en ocasiones tenía que hacer viaje de ida y vuelta en el mismo día pues al llegar a un lado me acordaba que había olvidado algo en el otro.
Esto además de mucha energía, requería una eficiencia que no estaba teniendo al sentirme sobrepasado con tantas cosas. Terminaba bloqueándome con la sensación de no haber hecho nada y completamente agotado. Además de los costos añadidos de autopista y gasolina claro, que todo hay que tenerlo en cuenta. Decididamente el
stress y el vih no son compatibles. ¡Qué diferencia cuando realizas mucha actividad de forma placentera, sin prisas, entonces nada cansa…!
Así que, en esa conversación con Esteban hemos decidido que aunque para ambos resulte difícil estar separados, tenemos que asumirlo como algo que eventualmente puede ocurrir. Ni yo podría fácilmente hacer un traslado total a su casa ya que no tendríamos el espacio suficiente, supondría además para mí, hacer un cambio de médicos e historial clínico, etc.; ni él tampoco a la mía por su trabajo. Así que de alguna forma nos vemos obligados, al menos por ahora a, según surjan las cosas, que yo me tenga que pasar algunas temporadas cortas en Coruña, para poder resolver asuntos sin sentirme demasiado presionado con el tiempo. No nos gusta a ninguno de los dos pero forma parte de nuestras circunstancias personales. Al mismo tiempo, nos permite evitar la monotonía de la rutina diaria y nuestros reencuentros pienso que tendrán un “extra” añadido de placer.
La próxima visita de Tamara y Roberto para Navidades también me obligaba a preparar algunas cosas: tuve que comprar una de esas camas hinchables para ellos (de esas que anuncian en los programas de madrugada en TV), pues en total seremos 6 personas en el apartamento sin contar los dos perros, y para la cena de nochebuena estaremos 9 personas. ¡Uff, qué horror, con lo que me gustan a mi estas movidas en casa!. El sábado volveré a mirar con más detalle unas sillas nuevas, otra cosa más, y quiero mirar también un mantel con motivos navideños, servilletas a juego y una cubertería chula.

Hoy por la mañana tuve que madrugar para hacerme análisis de control de colesterol que había acordado con Francisco (mi médico general), tenía que haber sido el lunes pasado pero ya que la noche anterior había sido de insomnio, organizando este planning, quedó pospuesto para hoy. Más tarde, de vuelta en casa y después de comprar la cama y barniz para repasar los alfeizares de las ventanas que estaban ya completamente quemados por el sol, me puse a montar el árbol de navidad para darle un aire más festivo a la casa. Al terminar me di cuenta que necesitaba algunos adornos más, pues como siempre suele ocurrir, desaparecen de un año para otro, y aún me falta un detalle para la puerta de entrada. ¡¿Qué le voy a hacer?, soy una persona de extremos, o todo o nada!. No creo para nada en estas fiestas, me parecen deprimentes, traen demasiados recuerdos. Yéndome al otro extremo intento dejar todo eso en segundo plano, así que aprovechando el impulso me fui otra vez a comprar los adornos y algo de cenar. De regreso a casa terminé de colocar nuevamente el árbol.
Poco a poco he ido logrando ese orden que todos, en nuestra medida particular necesitamos y que nos permite jugar con los equilibrios de la normalidad, si es que tal cosa existe. Lo cierto es que lo hasta ahora hecho, no mucho comparado con lo que me falta y las ideas nuevas que me van surgiendo a medida que voy haciendo las cosas, me han sacado de ese marasmo que me consumía por dentro y sólo lograba ponerme de mal humor

jueves, 6 de diciembre de 2007

Algo más que números

Las estadísticas, son por definición, adivinanzas educadas, estimados hechos a partir de muestreos científicos. Desde el inicio de la pandemia del sida, se han intentado ofrecer cifras que nos ofrezcan una imagen de la magnitud del problema. Recientemente la ONU ha corregido estas estimaciones a la baja, aunque las cifras corregidas,no dejen por ello lugar a la tranquilidad.
Muchas naciones dudan en ofrecer datos que puedan evidenciar una falta de capacidades para atajar el problema y a menudo las cifras que se ofrecen son datos globales, asépticos que carecen de dimensión para definir la realidad del día a día con esta enfermedad.
La revista Poz ha publicado un artículo donde ofrecen datos de encuestas realizadas por ellos. Intentaban responder cuestiones como ¿cuántos seropositivos tienen problemas para revelar su status en sus citas y cómo las resuelven?, ¿que impacto produjo el diagnóstico en el afectado o revelar el status en el entorno del enfermo?,¿ayuda a prevenir nuevas infecciones el conocimiento que se tenga previamente de las formas de contacto?, ¿perciben el estigma en sus relaciones sociales, laborales o afectivas?, ¿han afectado los efectos secundarios de los medicamentos, el desarrollo de una vida normal?, ¿cómo se enfrentan a ellos?, ¿tienen una buena relación con sus médicos?.
Los datos arrojan resultados para los Estados Unidos que independientemente de las pecularidades determinadas por el entorno, nos pueden servir sirven para acercarnos a la realidad de muchas personas conviviendo con esta enfermedad en un país desarrollado con realidades en muchos casos extrapolables a cualquier otro país, por ejemplo del entorno europeo y vienen a corroborar la idea de que esta no es del todo, por desgracia todavía, una enfermedad controlada y "manejable" para muchas más personas de las que tienden a hacernos creer los titulares de los periódicos.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Pet peeves



Grrr...Estoy incómodo, como tigre enjaulado que dirían algunos. No es un sentimiento de insatisfacción o inquietud general simplemente. Son mis pet peeves, comportamientos de la gente en tu entorno que pueden resultar frustrantes.
Uno de ellos es la desidia con la que los médicos que me atienden, en general, se toman las cosas. Me explico:
Al volver de vacaciones a principios de noviembre, tenía citas pendientes con el médico: hacerme una ecografía abdominal, analíticas sanguíneas, farmacia, etc. En un primer momento, al no encontrar la tarjeta con la cita en el cajón donde guardo estas cosas, creí recordar que en mi última visita al médico habían quedado en enviarme la confirmación de la cita por correo, alguna vez ha ocurrido esto. No puedo asegurar que esta vez haya sido así, esa especie de recurrente "niebla mental"me impide recordar con claridad, lo cierto es que no encontré otra justificación para no tener la cita. Dejé pasar los días, estuve con Esteban sin pasar por casa ni preocuparme demasiado por el correo, confiado en que contaba con tiempo de sobra para recibir el aviso.
Ya mosqueado por no tener noticia alguna, decidí llamar al hospital y preguntar si tenían programada mi cita. Me contestan que debería haberme hecho las analíticas hace casi un mes (a mi llegada de vacaciones) y la cita había sido la semana anterior a mi llamada de consulta.
Quedé con ellos en pasar este lunes pasado para pedir una nueva tarjeta y pedir una nueva cita. Pensé que me la programarían lo antes posible, pero no, cuando fui al ordenador veo que la cita para análisis será para el próximo marzo y la consulta con Sole en abril. Es decir pasan por alto esta cita como si hubiese ocurrido pero sin controlar absolutamente nada. La excusa fue que mis analíticas están muy bien, casi 1000 cd4s y carga viral indetectable. Pero, ¿y mis cifras de colesterol?, están pasando por alto controlar estas cifras, ya anormalmente altas en la consulta pasada hace 6 meses, más aún, después de la complicación con el infarto; ¿el informe de la ecografía?, nada, se queda en stand by, supongo hasta la próxima consulta; así que habrán pasado dos años desde la última revisión del nódulo en el riñón. ¿habrán al menos revisado la ecografía por si hubiese algo anormal para avisarme?, ¿qué pasa con las posibles parestesias en las piernas?.
Todas estas preguntas sin contestar y la impotencia para encontrar respuestas, llegan a obsesionarme al punto que llego a acumular un estado de tensión bastante más que molesto, por decirlo con elegancia. En ocasiones temino culpándome a mi mismo por no hallar soluciones alternativas; pienso en cambiar de médicos, buscar segundas opiniones, que debería implicarme más, ser más estricto con las recomendaciones que debería seguir y no cumplo, como hacer más ejercicio, dejar de fumar, cuidar más la dieta.
Otro de mis pet peeves son las actitudes de mi hermano. Los días anteriores al Referendum de Chávez estaba nervioso por todo lo que se estaba viviendo en el país, intentaba ocultarme su preocupación por el posible fracaso usando la misma estrategia de Chávez, aprovechando machaconamente el incidente con el Rey en cada llamada que me hacía, para descargar su rabia en mí. Por otra parte, la incomodidad que le debía producir la contradicción interna por la que estaba pasando ya que, ni su obnubilante fanatismo pudo lograr que en una de sus llamadas me hubiese llegado a admitir : "...Este carajo si no ha hecho nada será porque no quiere, ¿qué más poderes quiere ahora?..." Su rabia debía ser tanta que dejó caer el comentario ante mí, admitiendo lo que tantas veces se había negado a considerar al menos.
Le pregunté entonces si votaría por el "no", convencido como parecía estar de ello, me contestó que se abstendría de ir a votar o que votaría nulo. Le pregunté entonces si eso no le parecía hipócrita consigo mismo y eso hizo despertar al monstruo, inmediatamente su actitud pasó a la defensiva con la estrategia que domina y que siempre utiliza, sobretodo con sus personas más queridas, el ataque. Así terminó nuestra última conversación, por un motivo tan estúpido como ese. Como siempre suele ocurrir, sin importar cuál sea el motivo, lo único imprensindible es que sea estúpido.
Intento normalmente, que estas “pequeñas” frustraciones diarias no me afecten demasiado, procuro no darles mayor importancia, intentando mantener el norte o el rumbo como se diría en lenguaje marinero, hacia otros objetivos que me ofrezcan alguna recompensa que ayude a paliar la decepción que me producen estos reveses. Sin embargo, en ocasiones, bien sea por que se acumulan fuera de su ritmo natural de ocurrencia, impidiéndome ver con claridad, o porque de verdad me afecta más de lo que quiero admitir y no soporto ver como se repiten sin solución.
Lo cierto es que en ocasiones, llegan a producir en mí una reacción que busca huir y protegerme en algún lugar seguro, fuera de todos esos problemas. Un paraíso donde todo funcione según unos esquemas bien definidos, sin lugar a los sobresaltos o las decepciones. Un lugar que algunos habrán sabido encontrar para refugiarse en él, otros no, pero en el que seguramente todos, de alguna forma hemos soñado…

jueves, 29 de noviembre de 2007

¿Es clasista el VIH?: Adherencia y factores socioeconómicos




Existen numerosas referencias que vinculan factores sociales con la evolución de diferentes enfermedades en determinados grupos de población.
Recientemente un grupo de investigadores de la Escuela de Salud Pública de Yale han desarrollado un estudio donde intentaron llegar a una conclusión sobre si el estado socioeconómico de una persona podría afectar al desarrollo de la terapia inicial del VIH. La conclusión a la que han llegado parece indicar que efectivamente han encontrado una relación entre el status socioeconómico del paciente y la aparición del primer fallo al tratamiento.
Para definir el status socioeconómico de una persona se utilizan generalmente uno, o la combinación de varios de estos tres factores: ingresos, educación y trabajo. La Dra. Linda Marc, autora principal de este estudio afirma que: “La gente pobre en general, se enfrenta a un mayor número de pequeños problemas diarios, por ejemplo, pudieran no tener el importe para un pasaje de autobús que necesiten, y el stress es conocido como un modulador del sistema inmune”. El grupo de la Dra. Marc escogió los antecedentes educacionales de la persona para ver si este factor podría servir como predictor en la evolución al tratamiento de un paciente de VIH.
Examinaron personas HIV positivas que nunca habían tomado medicación antiretroviral; después de iniciar el tratamiento, aquellos con niveles educacionales más bajos alcanzaron antes el primer fracaso del tratamiento con respecto a los participantes que tenían estudios superiores. También los usuarios de drogas intravenosas junto con personas de raza negra, dos grupos que estadísticamente presentaban menores niveles de escolarización, fueron asimismo grupos de mayor riesgo para alcanzar ese fallo terapéutico. (Revista
Poz).
Un grupo de investigadores españoles en un estudio publicado por
GESIDA, establecieron una serie de recomendaciones para mejorar la adherencia al tratamiento antiretroviral, confirmada ésta como factor primordial en la respuesta antiviral y variables clínicas como evolución a SIDA y mortalidad.
Este grupo admite que aunque no exista una definición standard para definir la adherencia a un tratamiento, en el caso del VIH, ésta viene a ser “una capacidad que permita implicarse en el estricto cumplimiento del mismo. No se refiere simplemente a un porcentaje de dosis no tomadas, sino que implica un complicado proceso que se desarrolla en varias etapas: aceptación del diagnóstico, percepción de la necesidad de realizar el tratamiento de forma correcta, motivación, disposición y entrenamiento de habilidades para hacerlo, capacidad de superar las dificultades que aparezcan y el mantenimiento de los logros obtenidos”.

Factores que determinan una mejor adherencia al tratamiento.

Reconocen una serie de agentes que determinan una mejor adherencia entre los que reconocen factores asociados al individuo, a la propia enfermedad, al régimen de tratamiento y a los equipos asistenciales y personal médico.
Entre los factores asociados al individuo, señalan como determinantes la ausencia de apoyo social o familiar, niveles socioeconómico o educativo del individuo, vivienda inestable, uso de drogas, alcoholismo, depresión o ansiedad así como la comorbilidad psiquiátrica, sexo, raza, etc.
Relacionados con el régimen destacan la mayor o menor complejidad del mismo, interferencia con hábitos u horarios, bien de trabajo o en el contexto de la propia vida social del individuo que motiva incumplimientos en la tomas o en los horarios prescritos, requerimientos dietéticos relacionados con la terapia y las tomas, aparición de efectos adversos que pueden llevar a una interrupción del tratamiento por parte del paciente por desconocimiento de la relevancia clínica de estos efectos, repercusiones psicológicas relacionadas con los cambios morfológicos inducidos por el tratamiento.
Dicho así entonces, resultaría fácil contestar la pregunta inicial de este escrito. El VIH se alimenta no solamente de las estrategias de este virus para destruir nuestras defensas sino también de una serie de circunstancias que trascienden al individuo o al mismo virus.
Carencias que tienen que ver con el conocimiento que se tiene acerca de esta enfermedad, tanto por parte del individuo afectado como de la sociedad en la que éste ha de sobrellevar la enfermedad, de las falsas creencias que en diferentes tiempos han jugado en direcciones opuestas y siempre en contra del paciente, desde afirmar que éste era una especie de apestado hasta la otra más en boga recientemente de que esto es una enfermedad controlada que no requiere prácticamente ninguna exigencia. Una postura que lejos de resultar normalizadora respecto a la enfermedad, minimiza o ignora los inconvenientes y favorece así, conductas de riesgo. Una sociedad que considera que ya dispone de información suficiente, reafirma con esta actitud el mantenimiento del estigma y la incomprensión gracias al mantenimiento de ideas erróneas. Se deben exigir planes de prevención e información adapatados a cada sector social para que la información resulte asequible y eficaz. La educación en este tema como en cualquier otro, será la única arma eficaz para controlar y normalizar esta enfermedad.

sábado, 17 de noviembre de 2007

¿Quién teme a la muerte?


“¿Cómo puede temer la muerte quien no teme el haber nacido? Y quien teme el haber nacido ¿por qué teme la muerte?... ¿Qué razón halla el hombre mortal de temer lo que es? ¿De qué sirve temer lo que no se puede evitar? Fuerza es que quien teme la muerte tema la vida, porque toda la vida es muerte…
Grande es el desacierto de los hombres: cuando tienen salud, ni temen la muerte ni se acuerdan della; en perdiendo la salud y enfermando, temen la muerte, como si la salud propia no fuera enfermedad incurable, y no mirara á todos el forzoso que ni años cuenta ni se embaraza en grandezas ni desprecia humildades… No es la muerte cosa forastera; con nosotros nace y crece y vive…”

Francisco de Quevedo Villegas




Recordaba como años atrás, la simple idea de la pérdida de alguno de sus seres queridos más cercanos, aquellos que componían el núcleo familiar de sus padres y hermano, le provocaba una sensación de angustia inaguantable que no le dejaba respirar. Imaginaba tan terrible el dolor que se consideraba incapaz de soportar la sola idea de ello. Recordaba la primera vez que esa idea había pasado por su cabeza.
Fue tras la muerte de un empleado de su padre cuando contaba apenas unos cinco años. Habían ido al velatorio del difunto en su casa. Se vio, entre rezos, lloros, cuentos, tragos y canapés que los familiares y amigos del fallecido, completamente extraños para él, repetían sin cesar. Aquella experiencia hizo que los días posteriores se plantease por primera vez, el tema de la muerte.
Había llegado a la conclusión de que eso no le ocurriría jamás a él, él era inmortal. Cuando llegó a esta conclusión se planteó entonces que ocurriría con sus seres más queridos y terminó imaginándose un mundo en el que se encontraba rodeado únicamente por extraños a los que no conocía de nada. La posibilidad de que aquello llegase a ser real, produjo tal rechazo que no volvió a pensar en ello durante muchos años, y cuando volvió a ocurrir nuevamente, siempre terminaba apartando ese pensamiento, como una estrategia natural que todos utilizamos para sobrevivir al día a día, sin sobrecargarnos innecesariamente con problemas que no requieren una atención inmediata. Solucionando aquellos más cotidianos que requieren soluciones más sencillas, si es que a veces se les pueda llamar así.
Ahora desde la distancia que da el tiempo y tras las sucesivas pérdidas, hasta casi completar ese núcleo, este recuerdo llegaba incluso a dibujar una leve sonrisa en su rostro al acordarse de aquella persona que una vez fue, y en la que por momentos le resultaba difícil reconocerse pasados los años. Era una sonrisa que provocaba la imagen de incredulidad de aquella persona, incomprensiblemente extraña para él en este momento, acerca del dolor que sería capaz de soportar, su falta de confianza en la capacidad para superar ese dolor y seguir adelante y como el destino le había deparado la oportunidad de someterse a esa prueba.
Ahora, tres años después de la muerte de su madre. Pasadas las muertes de su padre y su sobrino mayor, que se había criado en la casa familiar tras el divorcio de sus padres. Con su hermano, como únicos sobrevivientes de aquel núcleo familiar y con el que, entre la distancia y las diferencias que mantenían en tantos aspectos, hacían que la relación fuese prácticamente nula. Esa relación no pasaba ahora de ser mucho más que una regular llamada de teléfono incómoda de vez en cuando, que tenía que aguantar más tiempo del deseado muchas veces y que en ocasiones terminaban bruscamente ante cualquier malentendido o diferencia que surgía en la conversación.
Con esas pérdidas vinieron otras más, las de los amigos de su niñez y juventud, compañeros de estudios… Al cambiar de país dejó atrás gran parte de su vida. También se perdieron parejas con las que vivió años de su vida y aquellos amigos que se llevó el sida antes de lo que había decidido llevárselo a él. Aquel mal sueño de la niñez había llegado a hacerse real.
Sin embargo, desde este momento de su vida, todo aquello dibujaba esa sonrisa que solo se puede llegar a formar en el rostro de alguien a quien todo eso, una vez vivido, no ha dejado afectado hasta el grado de haber llegado a impedir que tras esas pérdidas, una vez superados los duelos, hubiese podido formar nuevamente un núcleo en el que sustentaba sus problemas y sus alegrías cotidianas, con el que se sentía satisfecho y el que nunca hubiese llegado a imaginar en tantos aspectos, dadas sus circunstancias.
Es cierto que todas esas personas que lo rodeaban ahora no habían sido testigos de su pasado, se había liberado completamente de sus raíces, para bien y para mal. Era esto algo, que en ocasiones le resultaba difícil de llevar, le hacía sentirse desorientado e inseguro. Sin embargo, había intentado aprender a disfrutar también de los beneficios que esto podía suponer.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Cumbres borrascosas


Cada quien se explica por si mismo y Chávez sin duda no es una excepción. Con el incidente ocurrido en la clausura de La XVII Cumbre Iberoamericana en Chile, se explicó para mí, no sólo Chávez sino también todos los demás participes en esta incidencia. Sin embargo, esta anécdota desafortunada, no debiera por otra parte deslucir los importantes logros obtenidos en esta Cumbre, una Cumbre organizada por políticos y a pesar de lo desvirtuada que parece estar esta profesión a nivel general visto lo visto, no creo que se merezca algunos comentarios xenófobos, vertidos por algún comentarista del tres al cuarto, famosillo de la televisión española respecto a lo "coñazo" e improductivas que suelen resultar estas reuniones suramericanas.


En el caso de Zapatero, lamento que como la mayoría de los políticos y desgraciadamente más veces de las deseables, se hay dejado llevar por ese peligroso juego oportunista de captar las simpatías electorales y se haya acercado a Chávez sin tomar en cuenta la verdad del personaje, la cual sería de justicia reconocer que debería conocer de antemano; caso contrario supondría una ignorancia que no sería de recibo tampoco. Con la intención de ganarse las simpatías del pueblo español por aquello de restituir los puentes de amistad y cercanía con Latinoamérica que el Sr. Aznar había dejado en segundo plano, atraído por la clarividencia de ese otro personaje bastante siniestro también como era y sigue siendo el Sr. Bush con su guerra de Irak y que tan terribles consecuencias produjo también en España con los atentados de Madrid. Aprovechando, de paso, las oportunidades de negocio que un megalómano como Chávez pudiera brindar; independientemente de lo ético del asunto, como así fue con la venta de armas a Venezuela en la que por aquel entonces Chávez agradecía al Rey, al Presidente "y a toda España, por resistir el atropello, los intentos de atropello y la falta de respeto del Gobierno imperialista de EE UU".(
ver artículo del País)

En cuanto a la intervención del Rey, aunque comprensible para mí, que acepto que la insistencia grosera de Chávez, preguntando sin esperar respuesta de nadie, cegado simplemente por su ansia de protagonismo, me haría perder los nervios. No llego a comprenderla en una persona que se le supone una educación privilegiada, que debería haber sabido demostrar su veteranía y antigüedad como único representante que ha asistido a todas las Cumbres. Sin embargo, no ha sabido mantener su lugar y responder a la grosería con argumentos, como si estaba haciendo Zapatero en ese momento, sino que más bien, con una actitud de prepotencia un tanto anacrónica que recuerda la de algunos de sus antepasados. Haciendo por otra parte, un desaire a todas las demás personas implicadas en esa Cumbre, con su retirada.

Aún así, estoy de acuerdo sin embargo en que ese “¿Por qué no te callas?”, resume un sentimiento cada vez más generalizado a nivel internacional respecto a la figura de Chávez. Un payaso fanfarrón que con su incontinencia verbal va dejando constancia de su educación y su ignorancia política al continuar insistiendo ahora que el “Señor Rey” no ha sido elegido democráticamente.
El pueblo español votó mayoritariamente la Constitución de 1978, aunque haya sectores que reconocen presiones en ofrecer la Monarquía o el regreso a la dictadura como únicas opciones viables, dejando de lado la República. Aceptó así la Monarquía parlamentaria como forma de Gobierno, independientemente de la opinión que pueda merecer esta opción pero en la que el Rey no se ocupa de la política internacional sino que es el Ministerio de Exteriores del Gobierno el encargado de las relaciones internacionales. Acusando desde esa ignorancia o desde un ínterés enfermizo en erigirse en el nuevo Libertador de las Américas con su actitud ante el Rey, de ser éste, conocedor y partícipe del intento de Golpe de Estado contra él durante el gobierno de Aznar. Olvidando así con su crítica moralizante a esos supuestos apoyos golpistas en su contra, su propio pasado, como si él estuviese libre de esos pecados de ambición por llegar al Poder eludiendo las urnas electorales...

También es lamentable por otra parte que la voz de Chávez y otros de parecida catadura, sean las únicas que denuncian algunas actuaciones de multinacionales españolas en Suramérica que deberían ser investigadas para que no se pudiese pensar que en esto de las relaciones internacionales los intereses económicos son los que prevalecen, independientemente de la orientación política o la supuesta ética de los Gobiernos en estas actuaciones.


En fin, que estamos sembraos con esto de la Política….Y el mundo va como va!

lunes, 5 de noviembre de 2007

La visita de Daniel y Harlene





Vuelvo por aquí después de un tiempo sin escribir. Quizás debiese haberme explicado y decir los motivos por los que estaría lejos de estas páginas, me justificaré diciendo que no domino los protocolos de este particular mundo y continúo…

Había esperado con expectación la llegada de D. y H. y también con cierto temor a no estar en buena forma suficiente para soportar el plan de viaje que tenían previsto en su visita a España.
Desde el infarto a principios de año no me he encontrado en buena forma, no he cumplido con las recomendaciones de caminar a diario, ni he dejado de fumar por completo, al menos no, mis pitillitos de la risa.

Habíamos hablado varias veces por teléfono y la idea era que se acercarían hasta Galicia, haríamos un recorrido hasta Portugal, de ahí a Barcelona una semana y luego Granada y Sevilla hasta primeros de Noviembre, a tiempo para celebrar con Esteban nuestro segundo aniversario, juntos. Veinticinco días en total recorriendo España de un lado para otro y con ansias de conocer sitios. Se me antojaba que a mitad de camino acabaría reventado lamentando haberme embarcado en este proyecto, incapaz de mantener el ritmo, quizás por eso también evité mencionar nada en este blog antes de empezar el viaje. Temía de alguna forma que desvelar mis miedos aumentase las posibilidades de que éstos se convirtiesen en realidad o que mis expectativas no se cumpliesen como las había construido en mi imaginación.

La primera semana por Galicia y Portugal estuvo bien, se me hizo tranquilo y relajado en la medida que la mayor parte del viaje lo hicimos en coche sin transportar las maletas de un lado para otro y sin caminar excesivamente. De todas formas, me sirvió como precalentamiento así como también fue una primera toma de contacto después de casi veintiséis años sin haber mantenido una comunicación mínimamente fluida con ellos en todo ese tiempo. Simplemente en las breves visitas, tres en total que les había hecho cada vez que regresaba a Venezuela y por escasos días. No temía que el tiempo o la distancia hubiesen roto nuestra amistad, pero aún así y con los acontecimientos que han ocurrido en estos años en el país, cabía la posibilidad que algo nos hubiese distanciado más allá de lo que me pudiese haber imaginado. Afortunadamente nada de esto parecía ser así.

Al llegar a Barcelona coincidimos con un problema en las obras del AVE (tren de alta velocidad) que nos obligó a perder unas dos horas moviéndonos de estación en estación, haciendo trasbordos alternativos de metro, arrastrando maletas por interminables pasillos y subiendo y bajando escaleras hasta el agotamiento. Todo esto después de una buena madrugada para estar a tiempo en el aeropuerto ya que habíamos reservado en el primer vuelo de la mañana para aprovechar ese día ya en la ciudad. Así fue que en uno de esos trasbordos me dejé olvidada la mochila de mano en la que había decidido llevar los medicamentos para evitar una posible perdida en el equipaje que había facturado. Empezaba bien el viaje, en un momento pensé en todas las posibilidades de lo que ocurriría a partir de ese momento: suspender todo y regresar inmediatamente a buscar la medicación a mi hospital de referencia, eso fue lo menos trágico.
Nada más llegar al apartamento hicimos la reclamación en objetos perdidos del metro y llamé a mi doctora para que me recomendase sobre qué podría hacer en esta situación. En objetos perdidos me contestaron que hasta el día siguiente no recibirían nada para su entrega y Fina, la enfermera de mi doctora me contestó que sin ningún problema me acercase hasta cualquier hospital y pidiese la medicación por el tiempo que tenía planeado de viaje. Suspiré aliviado al oír esto pues de pronto significaba que no tendría que suspender nada. Así que esperaría tranquilamente hasta el día siguiente para ver si aparecía la mochila, aunque no guardaba muchas esperanzas de ello.
Efectivamente al día siguiente la mochila no apareció, así que aprovechamos para acercarnos hasta el hospital Vall de Hebron a buscar los medicamentos y continuar luego a visitar el Parque Guell que quedaba cerca en el camino. D. y H. se quedaron asombrados, al igual que yo he de admitirlo, por la facilidad con la que conseguí que me diesen nuevamente las medicinas, no perdimos mucho más de una hora y ya estaba todo solucionado. Todo esto tomando en cuenta además el alto costo de los medicamentos. En segundo plano, quedaba la pena ahora de la pérdida de la maquina de fotos, de todas formas había pensado en cambiarla por una nueva y con esa idea intenté minimizar el sentimiento de pérdida.
La semana en Barcelona fue frenética. Caminamos la ciudad sin parar todos los días que estuvimos en ella: gran parte de La Diagonal, Travesera de las Corts, Plaza Cataluña; mirando todo tipo de tiendas, grandes y pequeñas, de artesanías a objetos de decoración o ropa y los magníficos edificios modernistas como posesos. Ramblas, El Rabal, Barrio Gótico, el Puerto, visitando cuantas atracciones turísticas se nos cruzaban por delante y nos apetecía ver o visitar: el acuario, Torre de Colón, Museo Picasso, La Pedrera, La Sagrada Familia, el Parque Guell y aguantando las colas de gente que se formaban en la mayor parte de los sitios, formadas por hordas infinitas de turistas venidos de todos los rincones del mundo.
Por momentos pensé que sería incapaz de aguantar el ritmo de toda esa locura, pero poco a poco, animado por la emoción de la visita a la ciudad que me encanta y por supuesto por el reencuentro con estos dos amigos con los que poco a poco íbamos descubriendo de nuevo que los lazos y las vivencias que nos unen no se romperán fácilmente nunca y que nos convierte en esa familia elegida que forma uno con determinados amigos o parejas; mis ánimos y mis fuerzas parecían mejorar día a día, dejándome llevar por la emoción de revisitar esos sitios y en la compañía que lo estaba haciendo.

Granada fue mágica, me encantó la ciudad vieja, el Albaicín y la Alambra, el apartamento que alquilamos en el barrio de Realejos, antiguo barrio judío de la ciudad. Aunque ya todos acumulábamos cierto cansancio, la belleza de los lugares que visitábamos nos alentaba a continuar, embobados con la visión de mil y un rincones de ensueño que parecían sacados de un cuento de las mil y una noches. Definitivamente es una ciudad para soñar con volver y vivir al menos una temporada en ella, sin importar que ese sueño se convierta en realidad, el sueño en sí es motivo suficiente para desear seguir viviendo. Todo esto ayudaba a que cada vez más fuésemos descubriéndonos lo que había ocurrido en nuestras vidas durante estos años, con más detalle e implicándonos más íntimamente en los comentarios.















Cuando llegamos a Sevilla, el cansancio hacía que a pesar de la monumentalidad de la ciudad, me apeteciese más descansar que visitar o conocer sitio alguno. Aún así nos dimos unos cuantos recorridos por la orilla del río al atardecer y por la isla mágica, donde estuvo la exposición del 92 que valieron la pena e hicieron honor a aquel dicho de que Sevilla tiene una luz especial…
Por otra parte se acercaba ya el momento del final del viaje, el final de aquella fantasía que cada uno, todos de manera diferente estábamos viviendo juntos como si estuviésemos viviendo una experiencia única que nos unía y nos llevaba otra vez más a lo que una vez fuimos. Por momentos me encontraba intentando evitar la nostalgia que ya empezaba a sentir al echarlos de menos una vez que todo esto hubiese acabado. También por otra parte sentía la necesidad de regresar a la tranquilidad y la rutina de mi vida diaria, de aprovechar estos ánimos renovados gracias al viaje para continuar con los buenos propósitos de recuperación física.
A estas horas seguramente ya estarán alojándose en algún hotel cercano al aeropuerto para continuar viaje mañana por la mañana hasta su casa. Atrás queda toda esa vorágine de imágenes y lugares grabados en la memoria, esas charlas hasta la madrugada con D. mientras él se bebía su botella de rigor y yo le acompañaba fumando unos canutos, como solíamos hacer en nuestros años de universidad, como si nada hubiese cambiado, aunque ambos sabíamos que aquello nunca volverá, pero satisfechos de comprobar que a pesar de los años y la distancia, ese sentimiento de amistad se había fortalecido nuevamente con esta visita.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Sida en El Salvador: La caja de las tempestades












Me dice en su comentario sobre el armario del vih, que acaban de diagnosticarle su condición de seropositivo, su precaria situación de salud y lo terrible que le resulta ese armario. Le contesto que intente de alguna forma buscar apoyos, bien sea a través de algún psicólogo, familiar o amigo; que intente salir de ese armario hasta donde le sea posible, con las reservas que crea pertinentes según sea su entorno y de la información que tenga éste sobre la enfermedad, la ignorancia ya se sabe, genera miedos infundados y discriminación.
Así me encuentro con este informe sobre la percepción del sida en El Salvador según datos de opinión pública de los años 2003/2006. Ofrece números terribles como que un 50% de la población opina que un seropositivo no debería tener acceso a un lugar público -contradictorio el dato al contrastarlo con los que si creen que deberían tenerlo- recuerdo que en un encuentro de gays seropositivos en Barcelona a principios de los 90s los datos de una encuesta hecha en locales de ambiente en la que la inmensa mayoría de los encuestados reconocían haber oído a otros gays un comentario despectivo hacia la enfermedad y/o sus portadores, pero nadie reconocía haberlos hecho.
Más del 50% opina que Dios ha castigado a las prostitutas y homosexuales por su forma de vida y un 66% cree que se lo buscaron por su mal comportamiento. ¿Qué pecado habrán cometido entonces los 18.000 muertos del Huracán Mitch en 1998 o los del Stan o los muertos de los dos terremotos del año 2001?
Un 80% de la población considera que un empresario tiene derecho a exigir una prueba del sida como -requisito para un trabajo, un 60% opina que los niños con sida deberían recibir educación aparte y casi un 80% que las mujeres con vih no deberían quedar embarazadas.
Por último, un 77% de la población no estaría dispuesto a compartir su casa con un amigo homosexual… No sé cuál será su orientación sexual, pero independientemente de ésta, por seguro que la vida le ha puesto un reto difícil de sobrellevar. .

El armario en el que está metido no es simplemente el armario del sida o el de pertenecer a una minoría sexual, al igual que en una siniestra matrioshka rusa, se encuentra metido en ese otro armario del mundo aún peor, ése donde los Gobiernos guardan sus vergüenzas; donde los responsables de las ayudas internacionales, en sus oficinas high-tech de algún rascacielos, guardan sus quejas sobre la poca concienciación de los Gobiernos y mientras, el “Pastor Alemán” (original alusión al Papa hecha por Jesús Vázquez) desde Roma sigue ladrando sus mensajes de abstinencia y no al condón.

El documento sobre el Plan Nacional para el vih/sida del Salvador, del 2007, se puede consultar
aquí

domingo, 23 de septiembre de 2007

La Resiliencia: Lo que no te mata te fortalece

"El éxito no se mide por los logros sino por los obstáculos que se enfrentan, los problemas constituyen una oportunidad. La vida sin problemas no existe y cuando no los hay deberíamos inventarlos".




Leyendo un artículo sobre la mediática desaparición de la niña Macann se mencionaba la alta capacidad de "resiliencia" de los padres. El término me llamó la atención pues jamás de los jamases había oído tal palabreja. Me puse a googlear a ver qué información sacaba en claro y hete ahí, que sin querer me encontré con una de esas claves de la psicología positiva que te enseñan a vivir mejor o por lo menos a superar más o menos indemne los distintos avatares que te ofrece la vida.

La Resiliencia en ingeniería, se refiere a la capacidad de un material de absorber energía antes de comenzar una deformación irreversible (1). También la ecología ha hecho uso de el término, se aplica a la capacidad de un sistema para absorber las perturbaciones sin perder características estructurales o de funcionalidad (2).


En Psicología, el término se refiere a la capacidad del ser humano a superar tragedias o períodos de dolor emocional. En los años 70, Michael Rutter, inspirado en este concepto de la física, lo asoció a una especie de "flexibilidad social adaptativa", el concepto trascendió al conductismo y fue ampliado gracias a los estudios de Boris Cyrunlik observando a sobrevivientes de campos de concentración, niños de la calle u orfelinatos. El concepto se ha extendido al mundo de la empresa e incluso existen cursos on line que nos permiten desarrollar esa capacidad en ocho horas.
Después de esta búsqueda no logro explicarme en dónde estaba metido yo en el mundo sin que este término se me hubiese cruzado antes, ¡Con las posibilidades casi mágicas que ofrece!.




viernes, 7 de septiembre de 2007

Salir del armario a los 60





Madrid, marzo de 1944, conferencia de Juan José López Ibor, el psiquiatra oficial del franquismo: "Los homosexuales deben ser tratados como gente enferma" (la foto está tomada de flickr)
El documental de la segunda cadena de televisión española, pinchando aquí podéis ver el documental, nos presenta a través de las voces de varios personajes mayores de 60 años que vivieron su juventud durante el franquismo, lo que esto supuso para ellos y cómo son sus vidas actualmente.
Un tema interesante y una realidad que permanece fuera de los circuitos de prensa y publicidad, dirigidos a otros colectivos de homosexuales con intenciones más consumistas y menos preocupadas por los derechos de estos otros colectivos de homosexuales más marginados.
En España existen aproximadamente unos dos millones de homosexuales mayores de 60 años. Fueron discriminados durante el franquismo y ahora sufren el estigma de ser mayores y gays. Son incluso discriminados dentro del propio colectivo homosexual pues no cumplen con los estereotipos en boga, dictados a menudo por una sociedad heterosexual y homófoba que define "etiquetas" aceptables pero que son asumidas como propias, en el ejercicio libre de sus logros personales y libertades sociales por el colectivo homosexual, estereotipos que son muchas veces motivo de discriminaciones internas cuando se enfrentan con la diversa realidad que nos define, a saber: urbanitas, cultos, jóvenes, y de alto nivel adquisitivo.
Todos los personajes entrevistados nos hablan de estrategias de ocultación para evitar ser perseguidos o verse expuestos a la vergüenza pública, como acudían a sitios de encuentro secretos y disimulaban sus gestos para no hacerse evidentes; todos hablan de soledades y de efímeros amantes secretos cuyo recuerdo permanece solamente en las fotos que guardan de ellos, que no duraban mucho tiempo en parte por la presión social a verse descubiertos como pareja; algunos de ellos desde su soledad actual sueñan con la posibilidad de besarse en público con una pareja.
El escritor Álvaro Pombo de 66 años señala que esta represión franquista hacia los homosexuales no se diferenciaba mayormente de la que sufrían los homosexuales en otros países de la época. Él mismo fue despedido de un colegio del Opus Dei tras haber sido abordado por la policía y preguntado sobre su orientación sexual, la cual no negó. Esto llegó a oídos del director del colegio y fue despedido por ello.
No obstante el también escritor y colaborador de la revista Zero, Eduardo Mendicutti, afirma que los poderosos de la época siempre pudieron sortear la ley de mejor manera que aquellos más desamparados socialmente.
Aún así en titulares de prensa a finales de los setenta aparece el electroshock como terapia de curación de la homosexualidad y en los Tribunales de peligrosidad social, los encausados se enfrentaban a planes de rehabilitación social de entre seis meses a un año con psicólogos, haciendo prácticas con sacerdotes y sobretodo con trabajo pues se consideraba que éste formaba a los verdaderos hombres.
Juan, un ex presidiario comenta como en la cárcel, a los homosexuales se les encomendaban labores de limpieza, costura, hacían de criados de los jefes y otras labores que se podrían considerar humillantes. Los últimos presos por ser homosexuales salieron libres en el año 1979 en España pero no fue hasta muchos años después de instaurada la democracia que los expedientes de estas personas fueron destruidos.
VIH-SIDA y vejez
El documental también da voz a través de Fernando, activista de una ONG de seropositivos y de José, a la realidad de los escasos supervivientes a la primera oleada de la pandemia que llegan ahora a su vejez.
José nos habla de aquellos primeros años sin medicamentos, del terror que suponía la absoluta ignorancia sobre la enfermedad.
Fernando nos habla de su pareja que tras quince años de relación falleció en el año 90 debido a la enfermedad. Él mismo es seropositivo desde el año 1988. Su relación en aquel entonces no fue reconocida y pocas cosas le quedaron de él ya que no le asistía ningún derecho. Ahora arrastra problemas de lipodistrofia y habla sobre el miedo a la muerte, su proximidad, las depresiones e incluso ideas de suicidio en los momentos bajos.
Ambos reclaman la comprensión de los jóvenes que actualmente han encontrado un terreno de libertades y mejores oportunidades que fue abonado por ellos en muchos campos con el propio sacrificio de sus vidas y consideran que por otra parte los jóvenes están pediendo esta valiosísima fuente de información que puede servir de referencia a las generaciones actuales para tomar mejores decisiones en sus vidas.

Así por ejemplo hablan de la supuesta promiscuidad innata propia de los homosexuales y de la inestabilidad afectiva como consecuencias del entorno de represión que les tocó vivir más que de una libertad conseguida, de cómo esto en realidad no venía a ser más que una estrategia de ocultación para pasar desapercibidos y que hoy en día ha traído estas consecuencias de soledad y la imposibilidad de haber vivido una vida de pareja más “normal” que muchos hubiesen deseado.
Algunos se encuentran desencantados como Mª Gloria a la que gustaría tener pareja o poder haberse casado y pide ahora no tener demasiadas enfermedades en la soledad de su vida.

lunes, 3 de septiembre de 2007

El sida es una enfermedad controlada

Nunca he sido un gran lector, desde luego lo mío nunca fueron las letras, jeje. Sin embargo cuando el tema me llega a “enganchar” por los motivos que sea, suelo leerme los libros de un solo tirón.

Desde que supe de mi diagnóstico (principios de 1994) me dediqué en primer lugar a leer toda la información técnica que pudiese sobre la enfermedad, las peculiaridades de este virus, la conveniencia o no de los tratamientos, su efectividad en aquellos años, la toxicidad...


Recuerdo la anécdota con el primer médico que me atendió , que tras haberme dicho con una cara de tragedia y solemnidad que supongo aprendidas en estos profesionales para notificar la noticia más trágica como puede ser la muerte inminente o una enfermedad incurable, que el estado de mi enfermedad era muy avanzado y recomendarme el inicio de la terapia antiretroviral (AZT exclusivamente por aquel entonces), y ante las dudas que yo le planteé sobre posibles toxicidades del medicamento (por aquel entonces las dosis masivas de AZT que suministraban terminaban provocándote la destrucción de la médula ósea con lo cual morías de anemias fulminantes mucho antes de que el virus hiciese su labor) me había contestado, en la estupefacción del momento por mi inesperada pregunta , acostumbrado a que la gente llegase desesperada por tomarse cualquier cosa que le mandasen o incluso no dudaban muchos en acudir a cualquier curandero mágico que les curase de esta peste bíblica de nuestra era, que lo único que podía decirme era que la terapia que me estaba recomendando era la que tomaba Magic Johnson, a lo que yo le contesté con otra pregunta que terminó de arreglarle el día:


"¿Qué me quiere usted decir con eso, que si yo también lo tomo me volveré negro o aprenderé a jugar al basket por arte de magia?, le estoy preguntando por la tocixidad del medicamento independientemente de quien lo tome o lo deje de tomar."


Viene esto a cuento sobre una entrevista a Armistead Maupin en pozmagazine sobre su nuevo libro Michael Tolliver lives. Sobre la cubierta dice el autor que quiso dar un efecto alegre pero maltratado ¿quizás haciendo una analogía de lo que puede ser la situación actual de muchos supervivientes a largo plazo del vih hoy en día?.


A través del popular personaje, Michael “Mouse” Tolliver, de su serie de libros de Historias de San Francisco, Armistead Maupin nos presenta la vida de un seropositivo en sus 50 años, que contrajo el vih en sus 30s y no contaba con llegar hasta aquí. Ahora vive en pareja con un chico 22 años más joven que él y experimenta los dramas de la vejez junto con los beneficios del Viagra y los efectos de unos insufribles padres ultraconservadores.


Por ciertos paralelismos obvios, el libro me atrae desde ya, aunque haya de decir para dejar constancia de mi vanidad por una parte y por otra simplemente por honor a la verdad, que no necesito aún del Viagra además que lo tendría contraindicado por lo del dichoso infarto; también porque mi pareja, Esteban esto no te va a gustar, no es desde luego 22 años más joven que yo. ¡Ni Dios lo permitiese, jajaja!!! y por último en cuanto a mis padres porque ellos fueron siempre comprensivos y adorables conmigo.


El autor, a través de la vida de Michael, examina la frustración de esos seropositivos que tienen familiares que todavía no aceptan la naturaleza de sus vidas. En otras palabras, homófobos que no aceptan su enfermedad a pesar de tener un familiar viviendo con sida durante años. Ha pasado demasiado tiempo en su opinión y deberían haberse educado, no hay excusa para esto más que la simple intolerancia. Es el caso aquí de mi queridísimo hermano que sigue sin aceptarme como homosexual después de tantos años y sigue pensando que lo mío es una especie de modernidad pasajera. Claro que debido a la distancia en la que hemos llevado nuestras vidas, su intolerancia se haga y valga la redundancia perfectamente tolerable para mí


En la entrevista, el autor menciona que en su opinión, el verdadero reto de las personas viviendo con vih hoy en día es el seguir tratando su enfermedad a diario pero también seguir atendiendo a la vida, amando sus vidas sin abrumar a las personas de su entorno.

Básicamente comparto esta opinión siempre que no olvidemos que esa pueda ser la clave para un seropositivo que haya nacido en esa mitad (geográfica que no de población) del mundo donde al menos el acceso a los tratamientos médicos y terapias son posibles. Sin entrar a discutir en mayor profundidad la calidad humana que ya no profesional de los sanitarios que los atienden y su sensibilización hacia este tema lo que determina por desgracia que en muchas ocasiones te encuentes con profesionales que cumplen su obligación con una frialdad y automatismo insufribles rayanos con otras actitudes más reprobables y difícilmente denunciables amparados como se encuentran por un sistema burocrático que preserva la inoperancia sobre la productividad y la calidad de sus servicios.
Por no mencionar también que se encuentren en situaciones de tolerancia social aceptables sin que vean mermadas sus posibilidades de superación mediante el trabajo, el estudio o el acceso a créditos; que puedan ver satisfechas sus vidas afectivas, en fin, tantos aspectos que no supusiesen más inconvenientes de los que supone para el resto de la población el vivir con una enfermedad cualquiera. Pues es ahí, en esa diferencia donde está el dolor y la frustración a la que nos enfrentamos a diario. Con todas estas premisas estoy de acuerdo entonces con el autor en cuanto a que esto es hoy en día una enfermedad que requiere relativamente poco esfuerzo para seguir adelante.
Asegura que incorporó en su narrativa la problemática del sida no dejándolo en los umbrales de la vida gay precisamente para no estigmatizarlo mediante la ocultación dentro de la cultura gay. Coincido en esto plenamente pues es algo que siempre he creido percibir en el "ambiente" respecto a este tema, se pasa por él de soslayo, está ahí pero resulta innegable la incomodidad que supone para muchos homosexuales abordar este tema con naturalidad. Durante muchos años hubo una especie de acuerdo en negar el tema, quizás una reacción de pánico y rechazo a verse reflejados como colectivo de riesgo hizo que no resultase "políticamente correcto" sacar este tema entre homosexuales. Sacar este tema suponía levantar suspicacias de las que nadie se quería sentir objeto ni por activas ni por pasivas.Hoy día se da por hecho que esto es un tema controlado y continúa evitándose hablar abiertamente del tema



Por último nos habla también en esta entrevista de las nuevas generaciones de seropositivos que muchas veces ignoran las batallas que tuvieron que luchar sus predecesores, el pánico en estado puro que se vivía entonces donde la meurte era inmediata y no sabías qué estaba causando aquello para que ellos se puedan encontrar ahora quizás demasiado despreocupados a veces sobre algunos temas, como por ejemplo el barebacking dando por sentado que el sida hoy día se limita a una enfermedad como cualquier otra donde con una pastillita al día das por zanjado el asunto
Maupin comparte su vida ahora con una persona de 35 años seropositiva a la que no incluye sin embargo en este estereotipo que se forma a veces sobre las nuevas generaciones. Dice de él que es una persona disciplinada que cumple rigurosamente con sus medicaciones, lleva una vida sana, practica yoga y cuida por tanto por su propia salud como la de él, que intenta ser una buena persona cada día y que por eso cree que está en control de su enfermedad.










lunes, 27 de agosto de 2007

El sentido del humor

"Si no tienes sentido del humor estás a merced de los demás"

William Rotsler


El estado de perplejidad y decepción fue grande tras la cita con el cardiólogo. Me sentí tan confundido que me fue imposible volver por aquí a dejar constancia de dudas y miedos simplemente, así que decidí tomarme mi tiempo disfrutar del verano, evadirme de las preocupaciones de salud y reforzarme anímicamente para poder tomar una decisión más calmada más adelante.

Ese estado de apatía ha durado prácticamente hasta hoy, no diría que haya superado nada todavía pero quizás el tiempo pasado me haya ayudado a olvidar un poco y me siento más aliviado.

Me sentí en algún momento obligado a volver por aquí y contar algo. Esteban me comentó en algún momento por qué no escribía algo pero la motivación seguía sin aparecer espontáneamente ni tampoco la iba a forzar, simplemente el pasar del tiempo ya haría que las cosas volviesen a la normalidad.

Ayer me encontré con esto que me permito reproducir aquí. Me parece increiblemente imaginativo y ofrece un mensaje normalizador de un problema que a menudo se presenta con un mensaje fatalista que asusta o bien con un mensaje que quizás pretendiendo ser tranquilizador lo único que hace es alimentar la despreocupación hacia un tema que es lo suficientemente serio como para tomárselo con un poco de sentido del humor, contando verdades incómodas mientras nos hacen sonreir.

Si tenéis interés por ver más podéis pinchar aquí






La aventura de la lectura



En el País de las Pastillas todas las personas tienen acceso a tratamiento antirretroviral y atención sanitaria de calidad. Fantasioso relato sobre los sueños de una muchacha ucraniana y su relación con el equipo de profesionales que la atienden. Opera prima de Tatiana Kalsesnoves. Editorial Planeta Angustini.



Autobiografía de Simbad, nombre de guerra de Tony Lucas, legendario activista gay usuario de drogas, en la que narra con todo lujo de detalles sus incontables viajes astrales sin moverse de su barrio, Moratalaz. En cada puerto ha de luchar por tener acceso a jeringuillas limpias y por que los usuarios lo respeten como gay, y los gays como usuario. Editorial Doble Filo.


Inolvidable historia de una muchacha cándida en su pubertad a la que sus mayores desean proteger de los males de este mundo. Caperucita lleva en su canasto preservativos femeninos y masculinos para que su abuela le enseñe cómo se usan, pero ésta ha sido aviesamente suplantada por el Bobo, un actor porno que intentará convencerla de que sin condón es mejor. Al final triunfa el sentido común. Para todos los públicos. MR.

martes, 5 de junio de 2007

Cita con el cardiólogo


Me desperté angustiado al darme cuenta que me había quedado dormido. Después de cinco meses esperando esta cita con el cardiólogo, tras haber sufrido el infarto y el cateterismo de urgencia, por fin podría hablar con el médico y escuchar ávido sus indicaciones para llevar una vida que me evitase los posibles inconvenientes de haber sufrido este episodio y me había quedado dormido. La noche anterior había intentado repasar todas las dudas y síntomas que había sentido en estos meses lo cual me produjo un estado de vigilia que no logré controlar hasta las 3 de la madrugada y ahora me veía a punto de perder la cita para poder responder a todas estas preguntas.
Sabía que había incumplido alguna de las indicaciones que en un papel escrito se me entregó en el momento del alta. Sigo fumando entre 5 y 10 pitillos diarios, lejos de los 20 hasta 40 que solían ser lo habitual según tuviese el día pero sin lograr el objetivo de eliminar por completo este hábito. Pensaba preguntar al especialista por algún programa de ayuda a la deshabituación del tabaco pues nadie antes, ni mi médico de cabecera ni el especialista del VIH habían sabido decirme nada. Tampoco había cumplido estrictamente los paseos diarios de una hora, aún así intentaba caminar algo todos los días, soportando a menudo el intenso dolor en las piernas apenas empezaba a caminar. Esto era algo que quería comentarle al médico pues ya lo había sufrido mi padre y pensaba que pudiese tener alguna relación con el infarto. Según lo leído en Internet y por lo que sabía de cuando mi padre había sufrido esto, es lo que se conoce como “síndrome de claudicación de las extremidades inferiores”, recuerdo que le habían hecho un cateterismo específico en las extremidades inferiores, le habían prescrito algún medicamento y las indicaciones de caminar en plano a diario sin hacer esfuerzos. Por lo demás había cumplido con la dieta y el tratamiento a cabalidad.
Ni siquiera tuve tiempo a ducharme o desayunar. Salí de casa a toda velocidad sabiendo que muy probablemente me encontraría con el atasco típico de todas las mañanas en la entrada de la ciudad, con suerte el trayecto lo haría en más de media hora, sin tomar los tiempos de encontrar aparcamiento y encontrar la sala donde me atenderían y la hora de la cita era en 15 minutos. Intenté llamar por teléfono pero por supuesto las líneas daban continuamente ocupadas así que desistí de intentarlo y explicarme al llegar. Pensé que lo mejor que podía hacer era relajarme y así evitar que la tensión se me subiese por las nubes.
Efectivamente había atasco de entrada a la ciudad, aún así logré atravesarla con cierta fluidez y aparqué en el primer sitio que pude acomodar el coche sin hace demasiado caso a indicaciones de prohibición. Subí a la primera planta y pregunté a una chica tras un mostrador de entrada. En cuanto le di mi nombre preguntó a una enfermera que pasaba y resultó ser la que me llamaría a cita con el médico. Ya lo había hecho varias veces según dijo al oír mi nombre, le expliqué que venía de fuera de la ciudad y me había encontrado problemas de tráfico en la entrada. Me hizo pasar inmediatamente a una sala de espera parta ser atendido en cuanto saliese el paciente anterior.
Al entrar me causó buena impresión el doctor. Era joven y su trato desenvuelto y casual, sin esa rigidez y esa distancia más propia de facultativos de mayor edad en la sanidad española. Me invitó a sentarme mientras terminaba de cumplimentar el informe del paciente anterior.
Mientras tanto la enfermera puso sobre su mesa los informes que traía conmigo del electrocardiograma y resultado de análisis y él me dirigió unas rápidas preguntas mientras terminaba con el informe anterior. ¿Cómo me había sentido en este tiempo?, le fui comentando que la tensión era algo que no controlaba, me preguntó si había vuelto a sentir la opresión en el pecho o dolor intenso u contesté que no pero si las molestias que había notado. Le dio indicaciones a la enfermera para que me tomase la tensión mientras seguía con el informe de la otra paciente. Tenía 14 de máxima y 9.5 de mínima.
Cuando volví a la mesa con los resultados que le había pasado la enfermera me preguntó si había dejado de fumar mientras empezaba ahora a transcribir mi informe en el ordenador sin dirigirse a mí directamente, le contesté que había reducido el consumo pero que no lograba superarlo y aproveché para comentarle lo de algún programa de ayuda. Se dirigió a la enfermera indicándole que me informase sin apartar la vista de la pantalla del ordenador mientras continuaba rellenando campos con los datos de mi informe. Había en efecto un plan de ayuda pero las listas de espera para ser llamado eran de un año, me apuntó en ella sin embargo sin otra mención al caso.
Le comenté el problema que tenía en las piernas para poder caminar y no le dio importancia, simplemente me dijo que eso podía ser de origen muscular. Entonces le comenté que este problema lo arrastraba desde hacía años y me habían hecho un electromiograma que había dado normal por lo cual pensaba que podría estar relacionado con el aparato circulatorio y le expliqué los antecedentes de mi padre y el procedimiento que había sufrido. Simplemente no le dio importancia y me dijo que eso era otra cosa, sin contestar la pregunta ni dar ninguna explicación. Me preguntó si tenía sensación de cansancio y contesté que sí, pero sin poder discriminar en qué medida podía ser producido por la medicación o por la nueva situación dado que era algo que sufría desde hacía años como consecuencia de la medicación antiretroviral.
Cuando terminó de escribir en el ordenador vio el informe de la analítica que había llevado yo y preguntó qué era eso, cuando le contesté dijo que eso ya lo tenía él registrado en la historia, que no le hacía falta. Pensé entonces qué era lo que había trascrito si ya constaba en su historia. Dio a la tecla de imprimir y ahí salió su respuesta: Una hoja donde se repetían los datos del informe de alta describiendo la situación de entrada y un apunte de ajuste del tratamiento aumentando una nueva pastilla al tratamiento previamente prescrito. Mientras salían estos papeles dio indicaciones a la enfermera para solicitar cita para dentro de un año y adiós muy buenas eso fue todo. Ahí me quedé con las mismas dudas con las que había entrado, sin saber cómo interpretar la cordialidad que mostraba en las preguntas que me había hecho y la actitud de total indiferencia ante mis respuestas a las cuales no prestó atención en absoluto, sin saber cómo había sido la evolución en estos meses sin ninguna indicación de cómo actuar ante las subidas y bajadas de tensión diarias y sin ninguna ayuda para dejar de fumar que según lo escrito en el papel que me entregaba y en mayúsculas advertía: NO FUMAR.

martes, 29 de mayo de 2007

Mi opinión sobre Aznar






















Recibo un e-mail de mi prima Mary con el siguiente escrito de Claudio Nazoa que me permito reproducir aquí por las interesantes ideas que refleja, también mi respuesta sobre lo que opino de Aznar



IGUAL PERO DIFERENTE


Claudio Nazoa

He tratado de no escribir este artículo porque básicamente soy un
comediante profesional y lo que más me gusta, es
imaginar a los lectores con
una sonrisa aunque sea pequeña, en medio de tanta
noticia aterradora y
negativa, pero ya no aguanto más y quiero compartir
con ustedes esta nota.
Si Chávez es de izquierda, yo soy de derecha y si
Pinochet es de derecha yo soy de izquierda,
porque Chávez y Pinochet son iguales pero diferentes.
Creo que en este siglo está un poco pasado de moda
eso de ser de derecha o
de izquierda. Ahora se habla de pueblos felices o
pueblos sufridos, lo
demás, son babiecadas para justificar fracasos.
¿Por qué debe existir una diferencia al decir?:
pobrecito Fidel enfermo en
su cama o bien hecho que Pinochet pasó sus últimos
días de tribunal en tribunal.
¿Por qué uno es pobrecito y el otro es bien hecho?
¿Por qué los dictadores de izquierda son tan
simpáticos y los de derecha
tan antipáticos?
Cuando de presidentes elegidos se trata, los de
izquierda son bellos y los
de derecha son feísimos.
Los dictadores de izquierda como Fidel Castro y los
presidentes electos
como Chávez, tienen un atractivo especial para
algunos intelectuales
europeos (sobre todo franceses) y para otros de
América Latina (sobre todo argentinos).
Que bien se ve todo desde Paris,
sentado en Saint Germain-Des-Prês, tomando una copa de champán o un
espumoso café en las calles de Buenos Aires
¡Que bien se ve Chávez desde allá sin tener que
calarse las cadenas,
las franelas rojas, los
militares humillados,
la lista
de Tascón,
los insultos y la cerradera de canales!
¡Que interesante es la
revolución cubana sin tener que pasar todo el día
buscando comida para sobrevivir
o tener una hija graduada en unauniversidad,
que tuvo que meterse a puta para llevar pasta de dientes,
toallas sanitarias o jabón a la casa!
¿Por qué a esas señoras argentinas llamadas "Las
Madres de La Plaza de
Mayo", quienes lloran con razón a sus hijos
desaparecidos durante las
dictaduras de derecha, les importa un comino el
dolor de las madres cubanas
a quienes les han fusilado a los hijos, se han
ahogado huyendo o los tienen
presos en horribles cárceles por pensar diferente
al dictador?
¿Por qué esas mismas señoras argentinas se alegraron
y dijeron "bien hecho",
cuando ocurrió la tragedia de las Torres Gemelas?
¿Será que las personas
que allí murieron no tenían madres o hijos? ¿Cuál es
el extraño criterio de
dolor que utilizan estas madres de pañuelo blanco?
Es increíble la similitud en la acción y en los
resultados de los fascistas
y los comunistas. No importa cómo llegaron al poder,
por elecciones como
Hitler o Chávez o por golpes, guerras civiles o
revoluciones, como Videla,
Pinochet, Fidel o Franco.
Ya es hora de que la humanidad se sacuda esas
etiquetas de izquierda o de
derecha.
En esta hora aciaga para Venezuela, no perdamos el
optimismo, recordemos a
los judíos en los campos de concentración el 1ro de
enero de 1945. Ellos
creían que todo estaba perdido, pero tres años
después, estaban fundando un
país llamado Israel.
Si Bachelet y Lula son de izquierda, yo soy de
izquierda.
Si Aznar y Uribe son de derecha, yo soy de derecha.
Al final, lo único importante, es saber que
pertenecemos a la raza humana,
que posee un cerebro perfecto divido en un lado
izquierdo y otro derecho.







Me encantó el escrito, muy bueno para reflexionar sobre la relatividad de las cosas, cómo se perciben los dolores e injusticias propios y ajenos de manera diferente.
Estoy de acuerdo en muchas cosas, en otras creo que habría que matizar aspectos, en alguna quizás no estuviese de acuerdo. En cuanto a Aznar siempre me posicionaría por muchos motivos en la posición contraria a la que defiende él :

  • Imponiendo sus ideas por encima de las del pueblo que lo eligió --más del 90% de la población en España se opuso a la guerra de Irak y sin embargo participó en ella apoyando la mentira sobre las armas de destrucción masiva. Independientemente de la calidad de Saddam como persona o como gobernante, la excusa era falsa y la invasión bastante discutible en cuanto a su legalidad y a sus verdaderos motivos.
  • Mintiendo al pueblo y ocultando la verdad sobre la autoría del mayor atentado de la historia de España (el juicio del 11-M ha ido demostrando indiscutiblemente la autoría islamista y desmontando la teoría de la conspiración y autoría de ETA), 3 días antes de las elecciones, porque sabía que supondría perderlas al quedar en evidencia la desatención de las sospechas por parte de los servicios de inteligencia de que podría ocurrir algo así (los servicios de inteligencia no contaban con traductores de árabe a pesar de las numerosas pistas que recibían y se descartaban sin analizar), se elaboraron informes falsos que intentaban desvirtuar las evidencias que indicaban a la autoría islamista.
  • Mintiendo a los familiares de las víctimas y al pueblo en general sobre las autopsias de identificación de los cadáveres en el accidente del Yakolev 42 en el que murieron 62 militares españoles que regresaban de una misión en Afganistán. Se comprobó luego que no se realizó ninguna prueba de identificación de los cadáveres y se metieron los restos sin clasificar en los ataúdes; el "experto forense" a cargo era un militar de medicina general; además se ocultaron informes y denuncias previas de las condiciones técnicas y de navegabilidad del avión que desaconsejaban su uso con carácter de urgencia debido a los numerosos fallos que presentaba.
  • Mostrando una absoluta desatención por el funcionamiento y financiación de las instituciones del Estado en favor de privatizaciones escondidas subvencionadas con dinero público y sin ningún control sobre calidad de sus servicios: falta de fuerzas policiales con incrementos importantes de bandas de delincuencia organizada internacionales e inseguridad ciudadana; empeoramiento de la sanidad pública con listas de espera de hasta 2 años para operaciones de urgencia (se dieron casos de muerte del paciente antes de llegar a la operación y avisar luego a la familia) a pesar de obtener grandes superávit por reducción de servicios y aumento de las cotizaciones del trabajador a la seguridad social; empeoramiento del funcionamiento de la justicia por presupuestos deficitarios haciendo que se acumulen años para la resolución de juicios por falta de personal e infraestructuras; privatización de la educación dejando la educación pública desatendida y convertida en ghettos para "minorías étnicas" sin presupuestos, control de orden, medios, etc.
  • Por la total descoordinación, ineficiencia y cúmulo de mentiras y errores por parte del Estado que acompaño al suceso del petrolero Prestige en Galicia, el mayor desastre ecológico en la historia del entorno europeo y uno de los mayores a nivel mundial.
  • Introdujo cambios legislativos sobre la financiación de los ayuntamientos y la ley del suelo que favoreció el desarrollo de un fenómeno de especulación inmobiliaria escandalosa a escala mundial (alertada por el FMI), asociada a innumerables casos de corrupción política (caso de Marbella, Comunidad de Valencia, Paco, "el Pocero", Gobierno autónomo de Baleares e innumerables ayuntamientos gobernados en su mayoría por el PP, su partido, aunque incluyó a todas las fuerzas políticas principales desacreditando la figura del político) violando las normativas de conservación de espacios ecológicos protegidos debido a su fragilidad, que llegó a multiplicar por 15 el valor de la vivienda en 8 años de gobierno mientras el ciudadano medio perdía poder adquisitivo por una estabilización en la política de sueldos y un incremento de la presión fiscal mediante numerosos impuestos indirectos, hasta llegar a tener que realizar un esfuerzo del 80% de su sueldo para afrontar una hipoteca media financiada hasta en 50 años para la compra de una vivienda sin ningún tipo de ventajas fiscales o de facilidades para la obtención de viviendas asequibles.
  • Reducción durante su gobierno de ayudas sociales a las clases más desfavorecidas (ancianos, enfermos crónicos, jubilados), ausencia total y bloqueo de presupuestos aprobados para programas de ayuda a la integración en el retorno de emigrantes españoles en el extranjero por situación de crisis económica como en Latino América; negación de ayudas, programas o servicios a otros inmigrantes de diferentes culturas favoreciendo ghettos de explotación de mano de obra esclava, barata e ilegal sin coberturas sanitarias lo que supone un riesgo de salud pública importante, ni de educación, favoreciendo el desarrollo de futuros núcleos de delincuencia. Eliminación de pensiones de asistencia social mínimas a los enfermos de SIDA, contraviniendo las recomendaciones de la ONU y de la OMS en cuanto a la consideración de la enfermedad y dejando a España en el último lugar en el contexto europeo en cuanto a estas coberturas sociales del Estado.
  • Sus apoyos de juventud a la dictadura de Franco y su oposición a la Constitución de la democracia en la transición española, reconocida como modélica a nivel internacional por pacífica y tolerante, mostrándose afín a las posiciones más intolerantes de la extrema derecha. Su actitud de abstención mostrada ante el juicio presentado por el juez Garzón y que favoreció indudablemente al dictador Pinochet para eludir la justicia por los desmanes cometidos durante su dictadura.
  • Su íntima amistad con Berlusconi, que modificó leyes para librarse de la cárcel por diversos delitos comprobados, cometidos por él a través de sus empresas, favoreciéndose de su cargo político.
  • Su apoyo a Bush en las guerras de Irak y Afganistán como medida desesperada e irreflexiva de venganza tras el atentado del 11-S (que demostró la ineficacia de la seguridad del Estado de su gobierno y su verdadera fragilidad) basándose en informes falsos y mintiendo a la opinión mundial sobre los verdaderos intereses económicos que convertían este enfrentamiento en un asunto de intereses personales involucrando en él la seguridad internacional e invadiendo un país que sabían débil militarmente pero del que no supieron valorar la verdadera situación de confrontación interna que ocasionarían tras esta acción y a la cual se tendrían que enfrentar. Un conflicto todavía no resuelto, con un gasto escandaloso y que ha comprometido la seguridad mundial.
  • Sus apoyos a las posiciones más extremistas e intolerantes de la iglesia católica respecto a temas de imposición en la educación de la doctrina cristiana contraviniendo el carácter aconfesional del Estado y de opinión sobre temas de salud pública críticos como el tema del Sida proponiendo posturas de abstención sexual y negación del preservativo. Varios de los miembros de su gobierno son miembros numerarios reconocidos del Opus Dei y numerosos rumores lo vinculan a él y a su esposa con la secta de los Legionarios de Cristo, oscura secta con filosofía y principios bastante criticables y apartados de la verdadera doctrina cristiana, tolerante, comprensiva, receptiva ante el dolor y la desgracia ajenas, de ayuda al desamparado y condena al especulador y desaprensivo.
  • Estas, entre otras muchas razones que no procede enumerar aquí para no hacer demasiado extenso este escrito me posicionarían como digo, siempre en contra de quien defendiese esas posiciones.