Grrr...Estoy incómodo, como tigre enjaulado que dirían algunos. No es un sentimiento de insatisfacción o inquietud general simplemente. Son mis pet peeves, comportamientos de la gente en tu entorno que pueden resultar frustrantes.
Uno de ellos es la desidia con la que los médicos que me atienden, en general, se toman las cosas. Me explico:
Al volver de vacaciones a principios de noviembre, tenía citas pendientes con el médico: hacerme una ecografía abdominal, analíticas sanguíneas, farmacia, etc. En un primer momento, al no encontrar la tarjeta con la cita en el cajón donde guardo estas cosas, creí recordar que en mi última visita al médico habían quedado en enviarme la confirmación de la cita por correo, alguna vez ha ocurrido esto. No puedo asegurar que esta vez haya sido así, esa especie de recurrente "niebla mental"me impide recordar con claridad, lo cierto es que no encontré otra justificación para no tener la cita. Dejé pasar los días, estuve con Esteban sin pasar por casa ni preocuparme demasiado por el correo, confiado en que contaba con tiempo de sobra para recibir el aviso.
Ya mosqueado por no tener noticia alguna, decidí llamar al hospital y preguntar si tenían programada mi cita. Me contestan que debería haberme hecho las analíticas hace casi un mes (a mi llegada de vacaciones) y la cita había sido la semana anterior a mi llamada de consulta.
Quedé con ellos en pasar este lunes pasado para pedir una nueva tarjeta y pedir una nueva cita. Pensé que me la programarían lo antes posible, pero no, cuando fui al ordenador veo que la cita para análisis será para el próximo marzo y la consulta con Sole en abril. Es decir pasan por alto esta cita como si hubiese ocurrido pero sin controlar absolutamente nada. La excusa fue que mis analíticas están muy bien, casi 1000 cd4s y carga viral indetectable. Pero, ¿y mis cifras de colesterol?, están pasando por alto controlar estas cifras, ya anormalmente altas en la consulta pasada hace 6 meses, más aún, después de la complicación con el infarto; ¿el informe de la ecografía?, nada, se queda en stand by, supongo hasta la próxima consulta; así que habrán pasado dos años desde la última revisión del nódulo en el riñón. ¿habrán al menos revisado la ecografía por si hubiese algo anormal para avisarme?, ¿qué pasa con las posibles parestesias en las piernas?.
Todas estas preguntas sin contestar y la impotencia para encontrar respuestas, llegan a obsesionarme al punto que llego a acumular un estado de tensión bastante más que molesto, por decirlo con elegancia. En ocasiones temino culpándome a mi mismo por no hallar soluciones alternativas; pienso en cambiar de médicos, buscar segundas opiniones, que debería implicarme más, ser más estricto con las recomendaciones que debería seguir y no cumplo, como hacer más ejercicio, dejar de fumar, cuidar más la dieta.
Otro de mis pet peeves son las actitudes de mi hermano. Los días anteriores al Referendum de Chávez estaba nervioso por todo lo que se estaba viviendo en el país, intentaba ocultarme su preocupación por el posible fracaso usando la misma estrategia de Chávez, aprovechando machaconamente el incidente con el Rey en cada llamada que me hacía, para descargar su rabia en mí. Por otra parte, la incomodidad que le debía producir la contradicción interna por la que estaba pasando ya que, ni su obnubilante fanatismo pudo lograr que en una de sus llamadas me hubiese llegado a admitir : "...Este carajo si no ha hecho nada será porque no quiere, ¿qué más poderes quiere ahora?..." Su rabia debía ser tanta que dejó caer el comentario ante mí, admitiendo lo que tantas veces se había negado a considerar al menos.
Le pregunté entonces si votaría por el "no", convencido como parecía estar de ello, me contestó que se abstendría de ir a votar o que votaría nulo. Le pregunté entonces si eso no le parecía hipócrita consigo mismo y eso hizo despertar al monstruo, inmediatamente su actitud pasó a la defensiva con la estrategia que domina y que siempre utiliza, sobretodo con sus personas más queridas, el ataque. Así terminó nuestra última conversación, por un motivo tan estúpido como ese. Como siempre suele ocurrir, sin importar cuál sea el motivo, lo único imprensindible es que sea estúpido.
Intento normalmente, que estas “pequeñas” frustraciones diarias no me afecten demasiado, procuro no darles mayor importancia, intentando mantener el norte o el rumbo como se diría en lenguaje marinero, hacia otros objetivos que me ofrezcan alguna recompensa que ayude a paliar la decepción que me producen estos reveses. Sin embargo, en ocasiones, bien sea por que se acumulan fuera de su ritmo natural de ocurrencia, impidiéndome ver con claridad, o porque de verdad me afecta más de lo que quiero admitir y no soporto ver como se repiten sin solución.
Lo cierto es que en ocasiones, llegan a producir en mí una reacción que busca huir y protegerme en algún lugar seguro, fuera de todos esos problemas. Un paraíso donde todo funcione según unos esquemas bien definidos, sin lugar a los sobresaltos o las decepciones. Un lugar que algunos habrán sabido encontrar para refugiarse en él, otros no, pero en el que seguramente todos, de alguna forma hemos soñado…
1 comentario:
Vaya, vaya...
¿como es que se parece usted tanto a mí? Por un lado es nervioso,y por el otro despistado.
Te aconsejaría todas esas cosas que me aconsejan a mí y que jamás logro hacer, ¿no te pasa que cuanto más te dicen que debes relajarte mas te alteras?
En fin... y en conclusión, todos cometemos errores y despistes, son cosas que pasan supongo, bueno, no sé, a mi siempre me pasan, no en vano me llamaban "La mística" en el colegio. Ahora ya está hecho, que le vas a hacer. Y sí, es un poco penoso que el sistema de salud sea tan lento pero bueno... no queremos ponernos nerviosos.
En las relaciones familiares me cuesta meterme, yo hace años que literalmente prescindí de ellas pero aun así, supongo que a veces
es mejor no discutir sobre las cosas sin remedio. Además, no es tremendamente aburrido discutir.
Claro, por supuestisimo!! que la razón la tenías tú!!... :-p
Besos!!
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