jueves, 26 de marzo de 2009

El fin del bloqueo


Esa especie de bloqueo que me impedía llegar aquí y dejar salir esos pensamientos que no tienen salida, que se atascan o no encuentran respuesta; parece haberse ido ahora.
Después de estos meses de silencio se ha resuelto por fin la apuesta que decidí hacer a finales de Agosto creo recordar ahora. Las fechas exactas no importan ya mucho. Sin saberlo, esa apuesta lo iba a centrar todo, ocuparía todos mis momentos. Era demasiado importante para no tomarla en serio y pensé, creí que podría ganarla, el premio valía todos los esfuerzos.
El premio, imaginaba, era una vida en común, construyendo un proyecto: aproximarse a un estado de felicidad que vendría dado por la superación de dificultades y disfrute de logros en la vida. Con los pies en la tierra y con la persona adecuada. Llorando todas las lágrimas y compartiendo todas las risas, juntos. Haciéndonos múltiples en uno solo, complementando quehaceres, ilusiones, ideas y opiniones. Trazando a dos, en cada momento, la hoja de ruta por dónde iría transcurriendo ese viaje maravilloso que es la vida. Sabiendo encontrar la vía correcta en las bifurcaciones, escogiendo entre opciones y encontrando los puntos comunes en un consenso (uy, qué desliz tan político) de opiniones. Una empresa en la que los socios se confían siempre en buscar las mejores soluciones para ambos.
Esa fue mi apuesta con Esteban después de lo ocurrido a finales de Julio. Subestimé quizás el peso real de los lastres que él tenía que dejar atrás para lograr ese cambio que le atormentaba, que le hacía infeliz, y no pude negarme, en nombre del amor que sentía todavía, a la petición de ayuda que me hacía. Lastres cargados durante tanto tiempo que han hecho raíces profundas y firmes. Los miedos que impiden el crecimiento, más allá del crecimiento físico que quedó truncado en la niñez y provocó deformaciones. Es el crecimiento interior, el único que libera esos lastres, el que permite el estirón final para mostrarse espléndido ante el mundo, orgulloso y pleno de otros valores que no se esconden en la actitud que provoca risas burlonas.
Pero no ha podido ser así. No hemos sido capaces de cumplir con nuestras tareas.




continuará...