miércoles, 13 de febrero de 2008

Ayuda en el chat







Nada especial que poner en estas páginas. Aún así, cada vez más siento la necesidad de venir aquí y dejar constancia.
Pocas cosas me sacan de mi rutina, paso los días en casa la mayor parte del tiempo, salgo a comer, paseo a Molo y poco más, alguna compra al súper, a por costo…
Los fines de semana E. y yo estamos juntos pero el resto de la semana no, aunque hablamos por teléfono todos los días. De noche nos llamamos, nos decimos lo que haya que decir y luego nos quedamos en silencio largos ratos, comentando de vez en cuando cualquier cosa.
De pronto el silencio se puede ver interrumpido por la siguiente secuencia:
- ¿Pi?..
- ¿Qué?..
- ¿Me quieres..?
- Siii
Y continuamos haciendo nuestras cosas o viendo cualquier cosa en la caja boba, en silencio...
Algunas tardes de esas que transcurren perezosas sin hacer nada, en ocasiones entro a alguna sala de chat para seropositivos. No entro a ligar, simplemente a charlar un rato o ver de qué habla la gente. Suelo entrar en dos salas. Una de ellas es para personas seropositivas en general y otra exclusiva para gays.
Es curioso que mientras el ambiente en el chat general es amistoso, se comparten dudas, preocupaciones, chistes o ligues. La comunicación en abierto es libre, se pueden establecer privados para seguir un tema particular con mayor tranquilidad, sin tantas interferencias. Se respeta a los demás en cuanto a orientación sexual, posibles historiales de consumo de drogas, intereses particulares, temas propuestos o dudas que pueda tener cualquiera. El tono general es de ayuda mutua, como pienso que debe ser.
Mientras tanto, en el chat para gays, casi siempre sin excepción cuando he entrado, hay alguna pelea en curso con insultos cruzados, mensajes desesperados en busca de un polvo sin otro interés, o interminables silencios...
En la última ocasión me encontré con la siguiente discusión entre tres personas que respondían a los nicks de “Bakala”, “Ateo” y “Robin” creo recordar.
Bakala era un chico de unos 20 años, preocupado por haber tenido sexo sin protección varias veces con alguien que luego le descubrió su seropositividad. Tenía miedo, quería confirmar los riesgos y quizás obtener alguna información sobre qué hacer, a dónde acudir… Expresaba sus preocupaciones con un lenguaje acorde con su nick, más o menos así: “Me follao a uno con sida unas siete veces sin condón, me abre contagiao?”
Ateo le respondía más o menos así: “Guarra, follando a pelo... Ojala te pudras!!!”
A lo cual Bakala respondía indignado por la respuesta de la siguiente manera: “¿qué pasa maricona, tú si que te vas a pudrir, sidosa de mierda, quiero saber que puedo hacer?
A esto remataba Ateo: “Que te pudras te digo, que no soy una ONG y con mis problemas tengo bastante"

No me lo podía creer, ¿qué era aquello? En primer lugar, alguien que seguramente habría pasado por todo eso que estaba pasando el bakala ahora, que probablemente se hubiese contagiado por mantener sexo no seguro también, que se habrá sentido solo, confundido y con miedos, sin nadie a quien acudir y seguramente se habrá quejado por no disponer en su momento de una red de ayuda mejor establecida y... ¿paga ahora con la misma moneda a otros que han corrido la misma suerte que él, con una actitud completamente egoísta, insolidaria, no sólo indiferente sino además agresiva…?
Por otra parte, Bakala con una lógica indignación pero escasa de recursos dialécticos, respondía con más insultos como, “maricona” y “tú si te vas a pudrir”... ¿Acaso no era el mismo otra maricona por haber follado con un tío?, ¿de que acusaba a nadie por esto entonces? Y le deseaba la putrefacción como si alguien estuviese libre de ella de una forma u otra...
Todo me pareció demasiado absurdo, surrealista, la única explicación que pude encontrar es que Bakala, con su condición aún no confirmada, todavía formaba parte para Ateo, de ese otro “colectivo enemigo” y discriminador: los gays que apartan y desprecian a los que se encuentran infectados por esta enfermedad, objeto en ocasiones, de críticas mucho más duras y crueles que las del resto de la sociedad heterosexual.
Descartan absolutamente la idea de que ellos mismos pueden estar algún día de este lado de la barrera y critican conductas como si nos las tuviesen iguales o parecidas, haciendo juicios de valor que se vuelven contra ellos mismos.
Por eso pienso que el pobre bakala recibía tales insultos, la rabia interior si no se resuelve crece hasta hacerse inmensa y la vierten así contra esos otros que en todo caso no son más que unos “recién llegados” a los cuales se les insulta acusándolos de haberse infectado, aprovechando así para resarcirse del dolor, seguramente no resuelto de haberse visto ellos mismos, despreciados.

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