lunes, 7 de enero de 2008

Otro año que empieza...




No sé lo que me traerá este nuevo año pero como suele sucederme los primeros días del año siempre suelo tener una especie de sentimiento de vacío, ¿quizás demasiadas expectativas puestas en los deseos para el nuevo año? No puedo remediarlo, a pesar de decirme continuamente que no creo en estas fiestas, por lo menos en su sentido religioso lo tengo clarísimo, siempre he asociado estas fechas a reuniones familiares, buenos sentimientos y todos esos mensajes con los que te bombardean en esta época y aún no he resuelto de mi niñez.
Algo de eso quedó en mí y no puedo evitar llenarme de ilusiones con cada año que empieza. Sueño que algo maravilloso e inesperado pudiera ocurrir y cambiaría mi vida como en los cuentos.
Leo un artículo sobre cómo ser creativos y el autor plantea la estrategia, usada en algunas empresas, de presentar a los trabajadores con los llamados objetivos imposibles.
Algunos autores por otra parte, plantean que la común depresión que se presenta en muchas personas con el inicio de un nuevo año, es debida en gran parte precisamente a esos objetivos inalcanzables planteados el año anterior y que constatamos no hemos cumplido ni lejanamente.
Visto así, para estas personas, plantearse nuevos objetivos ante el nuevo año resulta algo ilusorio y esa falta de motivación induce una depresión desde la cual es imposible plantearse nuevos objetivos.
Quizás el secreto esté entonces en lo planteado según estos psicólogos de empresa para inducir la creatividad en sus trabajadores mediante estos ejercicios de propuesta de objetivos imposibles.
Por ejemplo, cualquiera de nosotros podría plantearse para este año nuevo un objetivo que sabemos inalcanzable para nosotros, dejar de fumar, cambiar de hábitos de vida, etc., cualquier cosa servirá según nuestras características. Una vez planteado el objetivo la respuesta lógica es que decimos que eso será imposible. Ahí viene entonces la parte interesante de esta estrategia, nos preguntamos a continuación por qué ese objetivo que nos hemos planteado sería imposible de realizar, buscando en esas razones, hacemos un ejercicio de creatividad que nos puede ayudar a encontrar las respuestas y lograr los objetivos a pesar de que nos planteábamos imposibles de partida.

Por supuesto me encantó la visita de Roberto y Tamara. Me encantan estas visitas de amigos con los que he vivido tan buenos momentos y con los que la amistad, a pesar de los años, la distancia y de los diferentes caminos que hemos tomado en la vida, sigue ahí. Después de tantos años fuera, con todos los lazos de mi pasado rotos, a veces me resulta extraño que haya gente que conoce mi vida desde mi niñez. Ellos son para mi algo más que simples amigos, son mi familia. Con ellos siento la comodidad de que no tengo que explicar nada, simplemente me conocen bien.
Me produce tristeza pensar que tengamos que vivir separados pero también pienso que precisamente ese factor haya mantenido nuestra amistad, en otras condiciones quizás la amistad se hubiese roto o enfriado como ha ocurrido entre aquellos que se quedaron viviendo en la misma ciudad, la vida los llevó por diferentes caminos y la cercanía no hizo más que alejarlos entre sí.

2 comentarios:

Daniel Lara F. dijo...

Hola! encontré este blog gracias a la visita de uno de tus lectores que, casualmente, partió de tu blog al mío. Al seguir el vinculo, me encontré con tu maravilloso blog, con tus extraordinarias letras y con tu trasparente forma de escribir y decir las cosas. Muchas gracias por enlazarme a tu blog, siento el obligatorio compromiso de hacer lo mismo con tu blog y, por supuesto, leerte siempre.Un abrazo

Bluemoon dijo...

Muchas gracias por tus comentarios Daniel, los valoro de manera especial pues como lector de tus blogs admiro la forma en que escribes.
Nací en Venezuela y estudié en la ULA y a pesar de los años fuera muchas veces me siento como Ulises, con nostalgia y deseando regresar algún día a esa Ítaca que es para mí ese maravilloso país.
Un abrazo